viernes, 31 de octubre de 2008

Amigas pa esto


Cuando creía que había logrado todos los récords de desastres domésticos gracias a la olla rápida, he vuelto a sorprenderme a mi misma.

Por cierto, lo que tiene la olla rápida conmigo debe ser algo personal. Tuve que hacerle algo en otra vida, porque no es normal que NUNCA consiga que la comida salga bien. O se pega, o se queda con mucho caldo, o muy seca...

En fin. Mi nuevo récord es de antología.

Desde hace casi un año disfruto de los servicios de una espléndida tostadora.
Ella y el pan de semillas del Mercadona me alegran las mañanas.

Mi tostadora, hasta ahora, no había demostrado la hostilidad del microondas, que me obliga a echar un cubito para poder tomarme el café...(sí, he probado a ponerlo menos tiempo...)

El caso es que esta tostadora en concreto es de las que tienen varios programas de tiempo (del 1 al 5). Pones el pan, colocas la ruedecita en el tiempo que te interese y cuando está listo, el pan salta. Lo he probado en todos los programas y siempre sale bien. Imposible que haya errores.

Hasta que llegas un día pasada la medianoche, con más hambre que un perro chico. Coges el pan de ayer que no te dio tiempo a comerte, lo abres y lo echas en los brazos de tu amiga (la tostadora).

Y la muy cabrona, sin venir a cuento, va y TE QUEMA el pan, por primera vez en su vida, cuando sabe que no tienes más ná que echarte al estómago...

Tener amigas pa esto....

lunes, 20 de octubre de 2008

Perdona, ¿me conoces?


Me puso la mano en el hombro, casi sin rozarme, entre el miedo y el asco.

Me tocó para obligarme a mirarla. Llevaba un par de minutos observándome pero yo no había levantado la cabeza, así que ella se agachó y me puso la mano en el hombro.

Yo no me moví. No le enseñé mi cara, de piel y huesos. Tampoco le mostré los huecos en los que antes brillaban unos dientes blancos. Escondí las manos, que ella hubiera podido reconocer. Eran casi lo único que quedaba de aquella persona a la que ella recordaba. Las manos que durante un tiempo ella envidió y ahora le daban pena.

Le gruñí: "No te conozco, puta".

Se puso de pie y dejó caer un billete antes de convertirse en una silueta borrosa.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Recetas contra la crisis


Está por todas partes.
Hoy se ha sentado a mi lado en el autobús. Se ha colado en dos reuniones con amigos el fin de semana. Enciento la tele, la radio o el ordenador, y me habla.
Como yo no entiendo de macroeconomía, y la microeconomía también la llevo fatal, ahí os dejo una receta (inservible) contra esa plaga de la crisis. No os va a rebajar la letra de la hipoteca, ni a reducir las facturas del mes... pero espero que la olvidéis durante un rato...


miércoles, 1 de octubre de 2008

Negro sobre blanco


Hoy ha sido uno de esos días que te arañan. De los que te obligan a mirar lo peor del ser humano para luego ponerlo en negro sobre blanco. Porque en eso consiste esta maravillosa profesión que un día te hace un regalo y al siguiente una putada.

Hoy he visto llorar a un militar experto, que echará de menos a su compañera. Y me he agarrado al boli para no abrazar a un policía, que temblaba recordando el peor día de su vida. También he escuchado los gritos de dolor de una madre a la que le han amputado una parte de su vida.

Y después de mil horas en la calle he vuelto a mi caos, mi casa. Sobre la mesa del desayuno estaba el periódico. Lo había dejado doblado por la única página que hoy (ya es ayer) me he leído entera. Y me he acordado de la frase que había decidido robar para quedármela.

"Es como yo quiero que sea". Es la última línea de una página que habla de Mohamed. Lo ha escrito un compañero que vuelve a trabajar desde la 'periferia'. A Mohamed, un chico del Sáhara que viene a pasar el verano con una familia de acogida, le han puesto una 'tirita' en el corazón. En el hospital ha descubierto el Scalextric. Y ha dibujado su casa, con lápices de colores. Esos que a mi me encantan. Su desierto es verde y está lleno de árboles. Porque así quiere él que sea.