miércoles, 10 de diciembre de 2008

Nombres y etapas


Los que tenemos un nombre compuesto estamos acostumbrados a la pregunta: ¿Y a ti, cómo te llaman? Pregunta que nunca sé cómo responder.

De pequeña me llamaban MaríaVictoria. Todo seguido y con todas las letras. Hasta que mi hermana entró en el colegio, y se le escapó un día el apodo que tengo en casa (y que no pienso reproducir aquí...).
Algunos amigos de aquella etapa se quedaron con la copla y aún me siguen llamando así. Y hay quien lo dejó en 'la Mari'.

También en el colegio, en aquellos años, mi profe de baile nos bautizó a mi hermana y a mi como 'cobito'. Y una parte de mi familia, gracias a la lengua de trapo de mi primo cuando nací, sigue llamándome 'Vibo'.

En la universidad hubo quien me bautizó como Mavi, y así me siguen llamando también los amigos que conservo de esa etapa.

Pasaron los años y cuando empecé a trabajar volvieron a cambiarme el nombre. Era demasiado largo para decirlo completo por la radio y ya había otras 'victorias', así que me cayó el apelativo 'Mariví', que siempre me sonó cursi pero al que me acostumbré. Además, me recuerda a esos años de aviones...

Y me fui a Granada. Cuando llegué al periódico, alguien me hizo la eterna pregunta. Y una, que es muy inocente a veces (casi siempre), contestó: "Como querais, menos 'Vicky'. Fue mi primer contacto directo con la 'malafollá'. Ahora, además de Vicky, me llaman también 'la Cobo'.

Pasado el tiempo, reconozco que no me molestan ninguno de esos apócopes de mi nombre, aunque unos me gustan más que otros.

El último apelativo 'me lo ha puesto' el 'feisbuk' . Lo ha dejado sólo en María...

martes, 25 de noviembre de 2008

Colgado




¿Quién no se ha sentido alguna vez así?
Del revés, solo, en un mundo paralelo
Con mucha gente alrededor que no te oye, ni te ve


Lo bueno llega cuando te das cuenta de que todo es un espejismo...




jueves, 13 de noviembre de 2008

Bolonios


Hoy me ha tocado seguir a los anti-bolonia durante más de dos horas.
Al margen de si tienen o no razón, y de cómo llegan a perderla al mismo tiempo que se les va la olla, hay que reconocerles cierta gracia.
De esas dos horas de hoy, me quedo con estas 'garrapatas'.

viernes, 31 de octubre de 2008

Amigas pa esto


Cuando creía que había logrado todos los récords de desastres domésticos gracias a la olla rápida, he vuelto a sorprenderme a mi misma.

Por cierto, lo que tiene la olla rápida conmigo debe ser algo personal. Tuve que hacerle algo en otra vida, porque no es normal que NUNCA consiga que la comida salga bien. O se pega, o se queda con mucho caldo, o muy seca...

En fin. Mi nuevo récord es de antología.

Desde hace casi un año disfruto de los servicios de una espléndida tostadora.
Ella y el pan de semillas del Mercadona me alegran las mañanas.

Mi tostadora, hasta ahora, no había demostrado la hostilidad del microondas, que me obliga a echar un cubito para poder tomarme el café...(sí, he probado a ponerlo menos tiempo...)

El caso es que esta tostadora en concreto es de las que tienen varios programas de tiempo (del 1 al 5). Pones el pan, colocas la ruedecita en el tiempo que te interese y cuando está listo, el pan salta. Lo he probado en todos los programas y siempre sale bien. Imposible que haya errores.

Hasta que llegas un día pasada la medianoche, con más hambre que un perro chico. Coges el pan de ayer que no te dio tiempo a comerte, lo abres y lo echas en los brazos de tu amiga (la tostadora).

Y la muy cabrona, sin venir a cuento, va y TE QUEMA el pan, por primera vez en su vida, cuando sabe que no tienes más ná que echarte al estómago...

Tener amigas pa esto....

lunes, 20 de octubre de 2008

Perdona, ¿me conoces?


Me puso la mano en el hombro, casi sin rozarme, entre el miedo y el asco.

Me tocó para obligarme a mirarla. Llevaba un par de minutos observándome pero yo no había levantado la cabeza, así que ella se agachó y me puso la mano en el hombro.

Yo no me moví. No le enseñé mi cara, de piel y huesos. Tampoco le mostré los huecos en los que antes brillaban unos dientes blancos. Escondí las manos, que ella hubiera podido reconocer. Eran casi lo único que quedaba de aquella persona a la que ella recordaba. Las manos que durante un tiempo ella envidió y ahora le daban pena.

Le gruñí: "No te conozco, puta".

Se puso de pie y dejó caer un billete antes de convertirse en una silueta borrosa.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Recetas contra la crisis


Está por todas partes.
Hoy se ha sentado a mi lado en el autobús. Se ha colado en dos reuniones con amigos el fin de semana. Enciento la tele, la radio o el ordenador, y me habla.
Como yo no entiendo de macroeconomía, y la microeconomía también la llevo fatal, ahí os dejo una receta (inservible) contra esa plaga de la crisis. No os va a rebajar la letra de la hipoteca, ni a reducir las facturas del mes... pero espero que la olvidéis durante un rato...


miércoles, 1 de octubre de 2008

Negro sobre blanco


Hoy ha sido uno de esos días que te arañan. De los que te obligan a mirar lo peor del ser humano para luego ponerlo en negro sobre blanco. Porque en eso consiste esta maravillosa profesión que un día te hace un regalo y al siguiente una putada.

Hoy he visto llorar a un militar experto, que echará de menos a su compañera. Y me he agarrado al boli para no abrazar a un policía, que temblaba recordando el peor día de su vida. También he escuchado los gritos de dolor de una madre a la que le han amputado una parte de su vida.

Y después de mil horas en la calle he vuelto a mi caos, mi casa. Sobre la mesa del desayuno estaba el periódico. Lo había dejado doblado por la única página que hoy (ya es ayer) me he leído entera. Y me he acordado de la frase que había decidido robar para quedármela.

"Es como yo quiero que sea". Es la última línea de una página que habla de Mohamed. Lo ha escrito un compañero que vuelve a trabajar desde la 'periferia'. A Mohamed, un chico del Sáhara que viene a pasar el verano con una familia de acogida, le han puesto una 'tirita' en el corazón. En el hospital ha descubierto el Scalextric. Y ha dibujado su casa, con lápices de colores. Esos que a mi me encantan. Su desierto es verde y está lleno de árboles. Porque así quiere él que sea.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Una turista excepcional




Ya echo de menos el verano

viernes, 19 de septiembre de 2008

Retos



¿Por qué es bueno tener los pies en la tierra?

jueves, 11 de septiembre de 2008

¿A quién le gustan sus vecinos?



Inconvenientes de vivir en uno de los barrios con más vida nocturna de Barcelona, el Born.

PD: Seguro que el de la terraza se reiría de las quejas de mi vecino...

sábado, 6 de septiembre de 2008

La 'chica del periódico'

El otro día descubrí que para mis vecinos soy 'la chica del periódico'.
Pero no porque hayan visto mi firma en los artículos.
Soy la 'chica del periódico' porque a mi vecino le molesta el repartidor que viene a las ocho de la mañana en moto a traerme el periódico a casa. Lo tira a la terraza (vivo en un primero) y el ruido, que dura algo así como 40 segundos en total, le despierta cada mañana.
Así me lo dijo con cierto desaire (y aromilla de malafollá) cuando me dirigió la palabra por primera vez en dos años, al cruzármelo en el garaje de la urbanización, hace un par de días.

Lo peor de todo es que fue mi desorden el que me delató. Después de mi último descanso no había recogido los cuatro o cinco periódicos de la terraza y por eso supo que era yo...

martes, 2 de septiembre de 2008

Un duro día de trabajo



Pedí un reportaje sobre el Servicio de Montaña de la Guardia Civil y me invitaron a acompañarlos en un día de entrenamiento. Iban a hacer barranquismo a Río Verde. No me lo pensé dos veces.
Fueron más de cuatro horas de caminata por el agua, con rápel y tirolina incluidos. Merecieron la pena las tremendas agujetas del día siguiente, que me dolían hasta las pestañas.
En ese lamentable estado escribí un reportaje y edité un vídeo 'informativo' (el de arriba es el 'no oficial'). El trabajo resultante podeis verlo y leerlo aquí.

domingo, 24 de agosto de 2008

31 días

Me desperté en un barco
Dormí en un coche
Subí una montaña
Vi una raya en el agua
Me bañé con una vaca
Apagué el móvil
Olvidé mi clave del correo electrónico
Cambié cuatro veces de país
No me puse zapatos
Hablé francés
Me miré en un lago
Perdí el reloj
Me mordió un pez
Abrí los ojos y el techo era azul
Me desperté sonriendo
Me persiguió una avispa
Me salieron aletas
El sol se puso, y yo lo vi...

Se me han acabado las vacaciones

lunes, 28 de julio de 2008

Rincones


Todos los años cuando llego me llevo una pequeña decepción. Cada vez hay más grúas, más casas, más coches, más gente. Pero una vez que me asomo a la playa se me olvida.


Todos tenemos un rincón especial y el mío es este. Entre la Paloma y Cala Hernández. Preferiblemente bajo el agua, escuchando las piedras moverse.


Siempre que vuelvo pienso que el pueblo, mi pueblo, ha perdido el encanto. Pero sé que volveré cada año, sin falta.


El butano y yo...

Mi relación con el gas butano, hasta hace cinco años, se limitaba a saber que existía. En casa de mis padres nunca habíamos usado bombonas y para mi era un mundo desconocido.

La bombona de butano se convirtió en una de mis enemigas cuando empecé a vivir sola. No tenía ni idea de a qué hora pasaba el camión del butano ni sabía cuánto duraba una de esas botellas naranjas. Lo descubrí pronto. El del butano pasaba siempre que yo no estaba y la bombona duraba hasta el sábado, cuando tenía todo un domingo por delante sin posibilidad de cambiarla.

También descubrí en aquellos años que la gente que deja un cartel en el portal (del tipo "Dos para el 5º A"), lo quita cuando sale de casa. Dejarlo allí al irme me costó una bronca importante del tipo que me subió las botellas a casa (por segunda vez) al día siguiente. No sé cuanto se les da de propina, pero me sentí tan mal que le dejé una fortuna

Por otro lado, mi capacidad de supervivencia se ha ido fortaleciendo estos años. Cocinar no es un problema. Siempre me queda el microondas, (mi único aliado en la república independiente de mi casa). Lo realmente preocupante es ducharse en una ciudad como Granada en invierno. Con un par...Un grito, apretar los dientes, y palante...

La de duchas frías que me he dado por mi mala cabeza. La última, en casa de mis padres. Allí no hay butano, pero no sé cómo se enciende el termo...

La suerte

Me había salido de chiripa. Me acerqué con una sonrisa de oreja a oreja al profe para enseñarle la foto. Había logrado rescatar al motorista de la marabunta de coches. Mi primer barrido. Como otras veces, la suerte estuvo conmigo. Como siempre, llegó después del trabajo.

martes, 22 de julio de 2008

El calcetín perdido

¿Cuánto dura el ciclo de la lavadora? La pregunta surgió en una charla y me devolvió de golpe a la realidad. Llevo cinco años viviendo sola (o casi) y a veces me pregunto cómo soy capaz de sobrevivir.

Yo sólo sé que si pongo la lavadora por la mañana antes de irme, para la hora de comer ha terminado. Y eso vale para las trituradoras de ropa de los pisos de alquiler por los que he pasado y para mi nueva y flamante lavadora en propiedad. Ponga el ciclo de lavado que ponga. Que por cierto, los selecciono en función del humor que tenga ese día, porque perdí las instrucciones a los 5 segundos de desembalar el aparato y nunca más me preocupé de buscarlas.

Aquella conversación sobre lo que dura el ciclo de lavado me (nos) dejó otra pregunta.

¿Dónde van los calcetines perdidos?