lunes, 28 de julio de 2008

Rincones


Todos los años cuando llego me llevo una pequeña decepción. Cada vez hay más grúas, más casas, más coches, más gente. Pero una vez que me asomo a la playa se me olvida.


Todos tenemos un rincón especial y el mío es este. Entre la Paloma y Cala Hernández. Preferiblemente bajo el agua, escuchando las piedras moverse.


Siempre que vuelvo pienso que el pueblo, mi pueblo, ha perdido el encanto. Pero sé que volveré cada año, sin falta.


5 comentarios:

Unknown dijo...

La verdad es que un rincón muy especial, no cabe duda. Aunque es una pena como la especulación inmobiliaria destroza ciertos lugares.

By the way, ya estás incluida tú también en mis blogs favoritos.

Espero que tengáis unas graaaandes vacaciones -que envidia me dais-.

Nandi dijo...

¿Por qué será que sólo ver la foto del Cerro Negro se me asoma una lagrimilla al rabillo del ojo?

Demasiados recuerdos de infancia y evolución.

Cada año una pequeña decepción, pero cada año también una espinita que se clava en el corazón al despedirse una vez más y saber que cuando vuelva nada será igual, pero cada detalle se mantendrá en la memoria grabado a fuego.

Podrán construir hasta el último rincón de la costa, pero los recuerdos no nos los podrán borrar, ese será siempre nuestro tesoro.

Anónimo dijo...

Pues como yo no he conocido el pueblo sin grúas no puedo opinar mucho. Sólo decir que en la actualidad me parece un paraíso.... seguro que tienen que ver los guías....jijijijij

María Ruiz dijo...

holaaaa!!!!
Un placer ver que te voy a poder seguir desde este mundo paralelo. Ánimo con las tareas hogareñas, juas juas. Bsos y que lo paseis bien en las vacaciones.

María Ayllón Ramírez dijo...

A mí me gustaría estar ahora mismo en ese rincón... y no delante del ordendor.

Aprovecha lo poco que te queda de vacaciones... Nos vemos en agosto por el periódico :(